jueves, 19 de abril de 2012

¡Mec, mec!

Hola. Soy tu lista de cosas impensables. La pensión impagada de tus abuelos, tu carrera a medias por falta de dinero, tu coche abandonado, el incómodo corralito, el fin del euro, la Visa en urgencias, el embargo de tu piso, tus noches amortiguando el llanto con la almohada. Anda ya. Qué exageración. ¡Eso cómo va a ser! Es. Vamos de paseo en bicicleta y se nos ha ido un poquito la mano pedaleando y vaya mala suerte, vamos hacia un precipicio cuesta abajo a toda velocidad. O nos tiramos o seguimos pedaleando hacia el barranco. Pues lo de tirarse de la bici era una opción... antes. Ahora estamos pedaleando en el aire como el Coyote cuando perseguía al Correcaminos. Pero no pasa nada, que podemos seguir pedaleando, fingiendo que vamos bien hasta que toquemos el suelo. Si no miras abajo, no hay problema. Pero aquí sigo, siendo impensable por la gran mayoría. "¡Ya harán algo!". A día de hoy podemos contar entre las grandes medidas adoptadas soplar muy fuerte para ver si la bicicleta vuelve hacia atrás y nos ahorramos el despeñarnos. Otros proponen que mejor giremos mucho mucho mucho el cuello para convencernos de que no es una grandísima caída sino un ascenso brutal. Pero desde una bici precipitándose lo único que se percibe es que el aire viene de abajo y no de frente, así que se puede vivir a espaldas de todo. Y mejor así, porque ya poco arreglo tiene. Soy tu lista de cosas impensables y solo venía a recordarte que sigo aquí.

Sí a los recortes

Todo el país alucinando por el subidón de tasas universitarias de hasta 540 € cuando deberíamos estar alucinando por la inmadurez del español medio. ¿Qué esperabais? ¿qué coño esperábais? ¿que el partido del Capital nos ampliara el Estado de Bienestar en un país quebrado desde La Coruña hasta Almería porque se lo han gastado todo en putas y en cocaína? ¿en qué cojones estaba pensando la gente que hoy se sorprende? ¡Habéis votado a un partido cuyo programa electoral era un puto folio en blanco! Como universitario no puedo estar a favor si lo pienso en frío, pero me gusta la medida. Me gusta porque es un latigazo más al soberbio español medio, que ni le hace falta leer un programa electoral para votar. De hecho, no le hace falta leer para nada. Vamos a aprender a votar llorando sangre, aunque no sirva de nada porque es un sistema corrupto. Voy a estar celebrando los latigazos hasta que la abuela que se sienta en la primera fila de bancas de la iglesia del pueblo más escondido se entere a base de dolor de que el Partido Popular y el Partido Socialista son peor que el cáncer. Que la gente se de cuenta de que ha estado equivocada. Yo voté una vez al PSOE, y me equivoqué y lo reconozco, y jamás volveré a hacerlo. Si la gente aún no tiene la humildad de reconocer su error es que todavía falta dolor. Estamos ya muy muy cerca de ver como el gracioso y pacífico 15-M se torna en una turba violenta que ya no tenga miedo a perder lo que ya no tiene. La Casta podrída y corrupta es psicópata: no sabe dónde está el límite de la gente porque no sabe interpretarla. Conseguirán encender la chispa de la manera más tonta y evitable, y empezaremos a ver las primeras muertes. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Se nos ha ido a todos la olla? Probablemente sí. Estamos tan anestesiados que sólo los recortes salvajes (y suicidas, por cierto) nos llevarán a identificar al enemigo. Por eso los apoyo. Sí a los recortes. Sí al dolor. Lo merecemos todo.

sábado, 14 de abril de 2012

Que siga la fiesta

Asisto atónito al debate sobre la salud del monarca. Pobre hombre, que sus huesos están tan quebrados como el país que le paga las putas trabajando hasta los 67 años. Ese no es el debate. Ni ese ni el del nieto que juega con escopetas como si viniera de una familia de analfabetos. El debate es y debería ser, hoy 14 de abril, si necesitamos mantener el ritmo de vida de lujo de este borracho corrupto, amigo de la peor calaña del mundo entero, para que nos salude de vez en cuando justo antes de entrar en algún acto en el que seguramente tropiece y caiga al suelo, como nos tiene acostumbrados. La escena de mi gente agitando la banderita y comentando los trajes y vestidos que lleva la Familia Real es tan patética, tan absurda y surrealista, que me levantan arcadas imposibles de retener. Si pudiera comer todo lo que tengo ganas de vomitar cuando veo a esta ilustre familia hablando de apretarse el cinturón, tendría que convertirme en un Borbón. 2.000 dólares cuesta el famoso día de caza, sin contar el vuelo. 20.000 dólares son más de 20 meses el salario mínimo interprofesional de un trabajador cualquiera, con la diferencia de que el trabajador no lo gastaría en cazar en safaris de lujo en Botswana. O sí, quién sabe, porque el español medio es así de imbécil. Estamos a cero coma dos minutos para empezar a saber de qué va esta crisis y ni el español medio ni el cazador campechano se han enterado todavía. Ambos van a sufrir su propia estupidez hasta la lágrima, y me gusta, porque ningún acto debe pasar sin consecuencia, por muy mala que sea. Nuestro acto ha sido votar PPSOE durante décadas y el del rey, robarnos a manos llenas ignorando que cuando nos falte a nosotros, los ciudadanos empezarán a cuestionarle.