miércoles, 8 de abril de 2015

La barca de Caronte

Enhorabuena, España. Unos años después, ya no estás quebrada. No es porque no lo estés, sino porque han prohibido las quiebras. El trato es el siguiente: los españoles que trabajen, lo harán en condiciones de esclavitud; los que no, quedarán a su suerte... pero no quebraréis. Imprimiremos el dinero que haga falta para evitarlo y mantendremos así, mientras se pueda, la tasa de ganancia. España no puede quebrar, no debe quebrar y no va a quebrar. Porque sino quebraría la gran empresa. Ya hemos inventado el ventilador mecánico de las finanzas. Lo único (lo único) que puede echarlo todo a perder es que alguien, en alguna parte, deje de fingir que el paciente sigue vivo. Si el gran capital se mueve un milímetro de la negación, este desaparecerá. Yo no miro y tu no quiebras. Tu no quiebras y yo puedo seguir con este agradable paseo por la laguna Estigia con mi novia.

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