lunes, 5 de marzo de 2012

Los cuernos de la reina

Lejos de preguntarse cual es exactamente el papel de la monarquía en España y de dónde ha sacado los 1.900 millones de euros que le atribuye al rey la revista Forbes, el español medio se cuestiona si el príncipe debió casarse por amor o no. Fue un amplísimo e innecesario debate, propio de un país habitado por gente que no se entera de nada. Menos mal que hubo concenso: se debe casar por amor. Los tiempos cambian y somos modernos. Somos muy modernos. Somos tan modernos que estamos preparados para abrir otro gran debate, el de la igualdad entre todos los españoles. Ojo, que este debate promete. Este sí que va al núcleo de algo importante y puede salir algo interesante de una reflexión colectiva... pero no. No porque para el ilustrado español medio (que es juez, médico y árbitro, todo a la vez) alcanzar la igualdad es que pueda reinarnos por primera vez una mujer. Si hubiésemos sido los esclavos negros del pasado, hubiéramos pedido ser azotados por mujeres también, y aplaudiríamos nuestra modernidad entre latigazo y latigazo. Debido también a nuestro habitual orden de prioridades que terminará por llevar a este país a la mierda, tenemos por más importantes las estupideces que opina la reina sobre la vida en general que las relaciones de su marido con los dictadores árabes y del Mediterráneo. ¿A quién carajo le importa lo que la reina opine o deje de opinar sobre el matrimonio homosexual? ¡Es una mujer que se ha negado a sí misma la posibilidad de ser feliz separándose del rey, asumiendo que es un sacrificio que debe hacer a Dios! O eso es lo que intuimos, porque se ha publicado muchas veces que duerme sola. A lo mejor tan sólo quiere seguir chupando del bote hasta que se agote y nos lo presenta así, que pinta muy católico. Desde luego, ser reina debe ser muy rentable, porque tiene que ser carísimo tener en nómina a un equipo de escayolistas para reconstruir diariamente los altos techos de palacio y el arco de las puertas, destruidos por los cuernos que porta. No debemos ser duros en la crítica a la Corona, porque ellos no son el problema. El problema es el español medio que le aplaude. Cuando cesen los aplausos, la casta política que necrotiza todas las esquinas de este Estado corrupto colapsará y los españoles tendrán por primera vez el control de su futuro.

1 comentario:

  1. El día en el que el español medio como dices, se de cuenta de toda la parafernalia que hay en España... no llegará nunca, es utópico.
    Saludos!

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