lunes, 5 de marzo de 2012

Psicópatas con trapos

A lo largo y ancho del denigrante agujero moral  y económico que es España existe un dicho muy nuestro, más nuestro que cualquier línea de El Quijote: "¿Qué hay de lo mío?". Galicia, País Vasco y Cataluña abrieron un poco la puerta, y de repente ¡ZAS! 17 autonomías, 18 parlamentos, 17 sistemas sanitarios, 17 sistemas educativos, más de 1.500 diputados cobrando más de 4.000 euros de media al mes, más de 30.000 coches oficiales de lujo (igual que Estados Unidos, con 6 veces menos su población) y un montón de barbaridades más escondidas detrás de las banderas autonómicas. Empezó la cosa bien, la idea era buena, pero la casta política española es como la mano del Midas de la mierda, todo lo que toca lo pudre hasta dejarlo muerto y seco de crujir. Sin embargo nada importa, porque está todo cubierto por trapos de colores. La idiocia española ha crecido progresivamente como un tumor maligno hasta convertirnos en psicópatas con trapos. El español medio no tiene problemas para saltar a su vecino durmiendo en la calle en una caja de cartón, pero ay como se metan con él por ser de su misma Comunidad Autónoma. Entonces, el español medio interviene agresivamente para defenderle. Es digno de un documental de La 2, de los que el español medio ve siempre, convirtiéndolos así en líderes de audiencia día tras día. Somos tan idiotas que es casi imposible encontrar una ocasión para reírse de las banderas sin que nadie se parta la camisa y empiece a hablar desde las tripas con los ojos llorosos. Y digo casi no porque haya encontrado una isla de sensatez alguna vez en mi vida, sino porque albergo la esperanza de que en este putrefacto Estado corrupto sea posible dicha situación. Todo vale. Votaremos cualquier mierda que nos propongan para enaltecer nuestra bandera, aunque vaya en perjuicio de todos los ciudadanos, incluidos nosotros. Si al español medio le dieras a elegir entre becar a los mejores y becar a los mejores de su Comunidad Autónoma, elegiría becar a los mejores de su Comunidad Autónoma, porque trata de cubrir una necesidad: sentirse parte de algo. Arrastramos un complejo gigantesco que camuflamos de patriotismo, y se comprueba mirando cómo tratamos a la gente de nuestro alrededor. La población española es psicópata hasta los huesos por muchas maratones solidarias que organice. Tenemos, por tanto, un problema de los grandes, porque hay en España decenas de millones de psicópatas muy patriotas pensando a nivel regional mientras todo funciona desde hace ya rato a nivel global. Ya verás cuando nos demos cuenta de que sólo somos una pieza de la máquina que nos creíamos. Y además, defectuosa.

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